martes, 30 de noviembre de 2010

Filosofía 4-3-3

Si en un partido de fútbol uno de los dos equipos no se presenta al terreno de juego, el encuentro lo gana automáticamente su rival por tres goles a cero. No obstante, durante el Clásico sólo apareció un equipo en el campo, y el resultado acabó con una manita a favor del F.C. Barcelona. Más pragmático hubiese sido para los blancos quedarse en el hotel.

Ayer se disputó el duelo de titanes de la Liga. Sin embargo, durante un largo periodo de tiempo no me pareció estar viendo un choque de potencias sino una película porno; un sometimiento a cuatro patas con face fucking incluido. No se trató de un baño futbolístico, sino de una lluvia dorada de las que quema en la piel.

No hablo del qué, sino del cómo. Hablo de la satisfacción que produce ser testigo y simpatizante de uno de los equipos que mejor practica este deporte desde que se creó. El Barça no sólo gana, también deslumbra. Hipnotiza, construye y define. Es el toque convertido en lienzo, billar en una mesa de 105 metros; la clase y el hueco que precede el golpe sobre la red. Esos cabrones saben a lo que juegan y sus exhibiciones están por encima de lo que ofrecen el resto de escuadras. Son los alumnos aventajados de un estilo de juego que sólo unos pocos son capaces de poner en práctica. Hablo de símbolos como Sacchi, Cruyff o Wenger.

Lástima que todavía siga habiendo personas que niegan la evidencia y buscan excusas para no rendirse al juego desplegado por el Barcelona.

PD: Como diría el medio Sport24... Special One, 2, 3, 4, 5!

domingo, 28 de noviembre de 2010

Cortina de humo

Hace unas horas me metí en la página web de El País. La primera noticia, de grueso y atractivo titular, estaba dedicada a las elecciones catalanas. Al final del primer párrafo se informaba que los resultados aparecerían a partir de las ocho de la tarde. Previsiblemente CiU se hará con el poder.

Acabo de entrar de nuevo hace unos minutos y descubro perplejo que la primera noticia no trata sobre las legislativas en Cataluña. En su lugar aparece una serie de retratos pertenecientes a diferentes líderes mundiales y un titular absolutamente mastodóntico que reza: "Los secretos de la diplomacia de Estados Unidos, al descubierto".

Más abajo encuentro la información que anteriormente ocupaba la primera página virtual. CiU vence y el PSC retrocede.

La filtración de los documentos del Departamento de Estado americano me parece una noticia muy interesante, pero es mucha casualidad que El País la saque a relucir y le dedique un espacio tan amplio justamente cuando el partido político con el que simpatiza ha perdido las elecciones en tierras catalanas.

Cosas del periodismo.

martes, 16 de noviembre de 2010

Mano bien recta

Dentro de poco abrirán en mi ciudad otra cafetería al estilo de las que había en Norteamérica en los años 50. Me huelo que las facturas irán acompañada de un sable, ideal para establecer recargos a quienes hayan sido capaces de abonar siete euros por una hamburguesa del tamaño de un filipino. Y hablando de filipinos, Manny Pacquiao consiguió este fin de semana el título mundial de Peso Superwelter tras derrotar a Antonio Margarito por decisión unánime. Actualmente posee ocho títulos mundiales obtenidos en diferentes categorías. Record pugilístico absoluto. Además, las consecuencias de su victoria formalizaron uno de esos ejemplos de justicia poética que tanto me gustan: días antes del combate, Margarito se burló en un vídeo de la enfermedad de Parkinson que sufre el entrenador de Pacquiao. Ahora, tras la tunda que recibió en el cuadrilátero, tendrá que ser operado ya que sufre la fractura de un hueso orbital en su ojo derecho. Jódete.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Un hombre y su guitarra

No soy una persona que idolatre con facilidad. En realidad, soy bastante reacio a mostrar más admiración de la debida hacia nada ni nadie. Con todo esto, he de admitir que me habría encantado ser amigo de los Rolling Stones. Si hablo en pasado es porque considero que no debía ser lo mismo salir de juerga con ellos en los años sesenta que hacerlo ahora con sus más de sesenta años; aunque es muy probable que a pesar de su edad, Keith Richards nos diera a más de uno una paliza en cuanto a ingesta de alcohol se refiere. Qué demonios, sufriría una mañana de inconsciencia con tal de compartir una noche de fiesta con gente así. Gente que lamentablemente pertenece a otra época, y cuyo legado ha pasado a manos de grupos con los que no compartiría ni una coca cola.

Hace poco vi Shine a Light, es decir, la grabación de un concierto que dieron en 2006 sus satánicas majestades y que rodó Martin Scorsese. Una de las mejores partes es, sin duda, la colaboración de Buddy Guy en el tema Champagne and Reefer. Este hombre devora el escenario con su aparición, reduce a los Stones a un papel secundario y consigue elevar dos palmos la calidad de la actuación.

Enorme Buddy Guy.




Give me champagne when I'm thirsty
Give me a reefer when I wanna get high
Give me a woman when I get a-loney
And set her right down here by my side

Que pase el siguiente

La fórmula MTV ha copulado en las entrañas de Antena Neox. Se ha bajado la bragueta y ha impregnado de semen su interior sin dejar un mísero billete en el tocador. Gracias a ese gesto colonial, ha florecido la versión castellana de un programa de carácter juvenil: Next!

El programa consiste en una batería de citas express: seis personas que se hayan reunidas en un bus tienen que cortejar, de una en una, a otra persona del sexo opuesto (o no, depende de si sacan gays en pantalla), quien busca conocer a alguien especial. Si por ejemplo, el grupo es de chicos y a la chica en común no le gusta el aspirante que tiene delante, le puede decir Next y mandarlo a tomar por culo, oséase, de vuelta al autobús. Los minutos que aguanten los participantes se traducen en euros, y si la chica termina escogiendo a uno, el elegido debe decidir si quedarse con la muchacha o con el dinero.

Hay personas que no duraron ni cinco segundos. Yo no podría volver a mi casa después de algo así. Y ellos tampoco deberían. Quiero decir, que si a mi hijo se le ocurre ir a un programa de ese tipo, para empezar le desheredaría, pero como encima haga el ridículo, le dejo una maleta en la puerta de casa y un mapa con círculos dibujados sobre un par de moteles.

Sinceramente, no entiendo cómo puede haber gente que se ofrezca voluntaria para ser humillada de esa manera. Si se tratara de Humor Amarillo, lo entendería, porque es un programa fomentado en la comedia. Pero en este caso, ¿cómo pretende un chico de bien volver a su barrio después de hacerse el gallito y durar un minuto con una chica que ni le ha mirado a la cara? ¿De verdad compensa un euro atravesar este ridículo? Y por mucho que la chica sea educada, y le haya dicho que aunque le cae muy bien, no es su tipo... ¿merece un puto euro esa pérdida de tiempo?

Normalmente a los aspirantes les ponen pruebas. Hubo un tipo cuya pretendiente, que era jinete, le pidió limpiar sus botas de montura. Nada más terminar, le dijo Next.

¡Zas!

Algunos pensarán, ''pero si participas, puede que encuentres a una tía cojonuda y acabes saliendo con ella". Claro, y si mi tía tuviese pene sería mi tío. Es un show televisivo, no una agencia que distribuye felicidad altruistamente.

Es simple probabilidad. Dudo que los planetas se alineen y coloquen a tu Diosa Esmeralda resoplando por tus carnes. De eso nada. Es más seguro que te rechacen, y encima alguien que puede que ni te guste. Sólo eres un peón que los directivos del show utilizan para abastecer de ingenuos su temporada televisiva. Se aprovechan de vuestro orgullo y de que pretendáis demostrar lo que valéis frente a una hembra. Luego viene la caída y la sangre en las encías.

Hacer el ridículo sólo es justificable en la vida real. Si una chica te gusta y te lanzas a por ella, aunque te vomite encima del asco habrás hecho bien en intentarlo. Olé por tus huevos. La vida es un sinfín de tropiezos que esculpen tu carácter y dan forma a tu persona gracias a la acumulación de experiencia. Todos hemos hecho el ridículo alguna vez. Aprendemos y mejoramos, y la satisfacción de habernos lanzado al vacío no nos la quita nadie. Es mejor intentar algo que no hacerlo, muchacho.

Pero un jodido programa de televisión es otra historia. ¿Qué fin tiene participar en un programa como Next? ¿A quién le interesa lo que yo haga en una cita? Me parece que todo se basa en el placer que a los participantes les produce verse en una pantalla, y en el convencimiento que tienen de ser capaces de salir airosos de una situación que pone a prueba su condición de macho alfa.

Las razones que pueden llevar a alguien a participar en un sitio así son de una índole limitada. Las he rumiado y ninguna me convence.

Y sin embargo, suelo ver el programa cuando llego a casa. Me lo tomo como si fuese ese niño que tortura a las hormigas con una lupa. Quemaos, amiguitos, quemaos en vuestra vanidad.

Que os aproveche vuestra ingestión de ego. Acabaréis por atragantaros.