viernes, 5 de noviembre de 2010

Un hombre y su guitarra

No soy una persona que idolatre con facilidad. En realidad, soy bastante reacio a mostrar más admiración de la debida hacia nada ni nadie. Con todo esto, he de admitir que me habría encantado ser amigo de los Rolling Stones. Si hablo en pasado es porque considero que no debía ser lo mismo salir de juerga con ellos en los años sesenta que hacerlo ahora con sus más de sesenta años; aunque es muy probable que a pesar de su edad, Keith Richards nos diera a más de uno una paliza en cuanto a ingesta de alcohol se refiere. Qué demonios, sufriría una mañana de inconsciencia con tal de compartir una noche de fiesta con gente así. Gente que lamentablemente pertenece a otra época, y cuyo legado ha pasado a manos de grupos con los que no compartiría ni una coca cola.

Hace poco vi Shine a Light, es decir, la grabación de un concierto que dieron en 2006 sus satánicas majestades y que rodó Martin Scorsese. Una de las mejores partes es, sin duda, la colaboración de Buddy Guy en el tema Champagne and Reefer. Este hombre devora el escenario con su aparición, reduce a los Stones a un papel secundario y consigue elevar dos palmos la calidad de la actuación.

Enorme Buddy Guy.




Give me champagne when I'm thirsty
Give me a reefer when I wanna get high
Give me a woman when I get a-loney
And set her right down here by my side

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