martes, 27 de septiembre de 2011

Lo siento, Malcolm

Detesto abandonar un libro sin terminarlo. No ocurre con frecuencia, pero cuando tomo en consideración esta posibilidad suele deberse a lo difícil que me lo pone el escritor para aguantarle. Estoy licenciado en perder el tiempo, pero no me gusta combinar esta disciplina con la lectura. Son pocas las obras que he enterrado, pero hay momentos en los que pienso que el tiempo que malgasto leyendo ladrillos infumables podría aprovecharlo comenzando otos libros más interesantes. Es tiempo de reciclar volcanes.

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